Tú Tienes Derecho

Al crecer, el mundo que nos rodea nos enseña que solo hay dos orientaciones afectivas, y que sólo una de esas dos está disponible para cada uno de nosotros. Si eres hombre, entonces debes sentirte atraído por las mujeres, si eres mujer, debes sentirte atraída por los hombres y nada más, fuera de eso no hay, ni existe ninguna otra posibilidad.

Este paradigma no admite muchos matices en la forma en que hombres y mujeres experimentan y expresan su género al mundo ni en cómo exploran y experimentan su propia sexualidad lo que tarde o temprano se reflejará en enfermedades emocionales, psicológicas y/o fisiológicas, además de nociones confusas y desinformadas acerca de sí mismos, de su sexualidad y hasta de sus expresiones comportamentales de la sexualidad.

Entonces ¿Por qué no nos evitamos tantos problemas y empezamos a entender que no sólo hay dos opciones si no un abanico enorme de posibilidades? Y déjame te digo que no tienes que explorar todas, simplemente vive aquellas que van contigo, con tus gustos y necesidades, siempre y cuando no te dañes ni dañes a la persona con la que vas a compartir tu cuerpo, fuera de eso, nadie tiene el derecho de decirte con quién acostarte o con quién no. Piénsalo de esta manera:

¿Si no tienes derecho a decidir sobre tu propio cuerpo y sexualidad, entonces, a qué tienes derecho?

Lo primero que tienes que saber es que no importa cuál sea tu orientación sexual, tú no estás mal, ni estás haciendo nada incorrecto. Si alguien no te entiende o alguien no te acepta, es esa persona la que necesita apoyo profesional para poder aceptar que la diversidad somos todos y que ha existido desde que el mundo es mundo.

Hoy es un buen momento para vivir plenamente, sin esconderse dentro de un clóset, es un buen momento para aceptar que todos somos diferentes y que es problema de cada quien, lo que cada uno decide hacer con su cuerpo y su sexualidad, pero sobre todo es un buen momento para entender que el amor en familia es lo que va a crear excelentes seres humanos y no las críticas, odio, o humillaciones por ser diferente.

Recuerda, todos somos diferentes, pero todos debemos tener los mismos derechos de amor, respeto, protección, seguridad y libertad de vivir sin miedos de ser quienes somos.

Autor: Iván O’Farrell

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